El dátil es un fruto que parece poco apreciado fuera de Oriente Medio, región donde se cultiva desde hace más de cinco mil años y su producción es extremadamente importante.
Esta delicia puede utilizarse como sustituto del azúcar, como alimento básico e incluso para preparar bebidas alcohólicas fermentadas. También se puede moler para hacer harina.
Los que son frescos tienen menos calorías que los secos y contienen pequeñas cantidades de vitamina C, que apenas se conserva en estos últimos (los secos).
Ahora bien, lo más interesante de los dátiles son sus minerales, especialmente el hierro, que casi todas sus variedades poseen en abundancia, salvo una o dos que son muy pobres. Esto, junto con la energía que aportan, los convierte en un nutriente excelente para las personas que sufren de anemia y enfermedades que producen fatiga crónica.
Este fruto es una buena fuente de fibra y potasio, y aunque tiene cantidades pequeñas de vitamina B, sí aportan importantes dosis de ácido fólico. Aparte de ser libre de colesterol y la grasa contenida es casi inexistente, es beneficioso para el estreñimiento. En el Medio Oriente es considerado un poderoso afrodisíaco.
Los árabes han comido los secos desde hace mucho tiempo, acompañando al té o al café. También los mezclan con mantequilla o yogur, un plato de gran valor nutritivo.
Aperitivos sencillos
Un postre a base de dátiles secos con semillas de sésamo aporta ácidos grasos no saturados y proteínas, lo que convierte este rico aperitivo en una posible comida.
Con ellos se pueden hacer distintas preparaciones, pero una dulce y sencilla es rellenarlos. Solo debe retirar el carozo que tienen, abrirlos un poco por el centro, rellenarlos con queso ricotta, roquefort o queso de cabra, y colocarles nueces o almendras picadas. Luego los puede refrigerar al menos media hora antes de servir.
Fuente: www.cocinayvino.com
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