Conservación de las semillas de girasol

Las semillas de girasol las puede conseguir con o sin cáscaras, crudas o tostadas, y saladas o no. Eso sí, es importante comprobar que al comprarlas no estén pasadas ni rancias. Si llega a notar que están amarillentas, no se las lleve, esto es un claro indicio de posibles deficiencias en su conservación.

Precisamente para conservarlas correctamente, guárdelas en un recipiente hermético y en lugar un fresco y seco, de manera que no absorban humedad. En caso de que estén descascarilladas o molidas las puede mantener en la nevera para retardar el enranciamiento.

Usted mismo las puede tostar en casa para intensificar su sabor. Tenga presente que el tiempo de calentamiento de las semillas se debe reducir a 1 o 2 minutos, para evitar el deterioro de esos ácidos grasos esenciales que contiene. Si quiere acentuar mucho más su sabor, se pueden trabajar un poco en un mortero.

Y aunque por lo general las semillas de girasol se comen como fruto seco a modo de aperitivo, hay quienes las emplean para acompañar otros alimentos como ensaladas, arroces y postres.

 

Fuente: www.cocinayvino.com

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