1. Define el objetivo para el cual lo vas a usar, ya que algunos pueden cambiar el sabor de tu guiso o no alcanzar temperaturas tan elevadas para una fritura.
2. Si quieres un aceite que "respete" los sabores de tu guiso, evita comprar el aceite de oliva, ya que éste conserva bastante sus propiedades organolépticas y puede darle un sabor distinto durante la cocción.
3. Cuando tu objetivo es usar un aceite en frío, para ensaladas, emulsiones, vinagretas, etcétera, lo mejor es usar un aceite de oliva o uno tipo gourmet, como el aceite de aguacate, de maní o de uva.
4. Si quieres freír, dorar y sofreír a fuego alto, elige aceites con puntos de humo altos, es decir, aceite de girasol, maní, de ajonjolí y de soya.
5. Si quieres freír a muy alta temperatura, dorados y frituras profundas, elige aceites con puntos de humo muy altos, es decir, aceite de mostaza, uva y aguacate refinados.
5. Si quieres freír y sofreír a fuego medio, elige aceites con puntos de humo moderado, es decir, aceite de aguacate, de maíz, de canola y de oliva.
6. Asegúrate de que la botella de aceite no haya estado expuesta a la luz solar y al calor, ya que esto potencia su enranciamiento, es decir, que tome un sabor poco agradable.
7. El color, más claro o más frío, no siempre hablan de la calidad o pureza de un aceite, pues el aceite de oliva, por ejemplo, tiende a ser de un tono verde o más oscuro porque proviene del prensado en frío de las olivas.
8. Revisa siempre la etiqueta nutricional y asegúrate de ver cuáles son las propiedades que tiene este aceite. A veces por el embotellado o una etiqueta más bonita nos llevamos un aceite más costoso con las mismas características que uno de muy bajo precio.
9. Evita consumir aceite de palma y de coco, ya que el primero ha causado un fuerte daño al medio ambiente (pues por la cosecha de palma se ha dañado a los ecosistemas tropicales naturales) y ambos son fuente de grasas saturadas.
10. Recuerda siempre revisar la fecha de vencimiento del aceite y no tener una botella en casa por más de un año.